CONCEPCION.- El cajero Ramiro Martín, de 34 años, de la sucursal local del Banco de Tucumán, tenía previsto cristalizar ayer un anhelo trascendental para su vida: casarse. En estos días de alegría y expectativas, jamás imaginó que esa decisión terminaría por frustrarse a causa de una pesada broma de un compañero de trabajo que, impensadamente, puso en riesgo su vida.
Todo sucedió el miércoles, durante una improvisada despedida de soltero que le prepararon, dentro del mismo edificio de la entidad crediticia (ubicada en Nasif Estéfano primera cuadra), al término de la jornada laboral. Alguien, en medio de las risas y del alboroto, le arrojó alcohol líquido que utilizan para higienizarse. Alguien también estuvo fumando en ese momento. Así, una chispa encendió el fuego en la ropa del cajero. En segundos la ignición se acrecentó, al igual que la desesperación de todos. "Sabemos que los empleados que estaban en la reunión, asustados, se lanzaron a tratar de sofocar la llama que fue envolviendo la parte de la cintura para abajo de la víctima. La lograron apagar utilizando un extinguidor de emergencia", contó el jefe de la comisaría local, Martín Roldán.
Según este, Ramiro fue trasladado en un taxi a una clínica privada, pero de ahí lo derivaron al hospital "Miguel Belascuain". Luego de recibir los primeros auxilios, fue trasladado finalmente al Centro de Salud de la capital. De acuerdo al médico Miguel Huamán Martínez, jefe de la Sala de Quemados, Martín tiene quemaduras entre leves e intermedias y aunque su estado no es grave, quedará internado 15 días. Se espera que las lesiones no se agraven al haber sido expuestas a sustancias químicas que contienen los matafuegos, tal como el que se utilizó cuando las llamas tomaron su cuerpo. Roldán dijo que la policía intervino luego de llegar a su conocimiento sobre un incidente que se había producido alrededor de las 16 en el interior de la sucursal. Contó que personalmente fue a interiorizarse sobre lo sucedido. El comisario admitió que, en principio, parecía un hecho menor. Sin embargo luego le confirmaron que había una persona lesionada. Aunque hasta ahora no hay ninguna denuncia sobre el caso, la fuerza de seguridad intervino de oficio y por indicaciones del fiscal Edgardo Sánchez, del Centro Judicial local. Además declararon en la comisaría, el gerente Carlos Rodríguez, y algunos empleados.
El representante del ministerio público dijo que en realidad se adoptaron las medidas en vista a una posible intervención de oficio, la que puede darse si la víctima no hace denuncia y las lesiones son consideradas legalmente graves. Se sabe que, en tanto, las autoridades del banco ordenaron el inicio de un trámite administrativo para determinar las medidas y responsabilidades en el caso. "A estos tipos de hechos hay que ponerles límites, porque se vienen haciendo comunes las despedidas de soltero que terminan a veces en tragedia", dijo el médico.
Desde los tribunales de Concepción, trascendió otra versión sobre la circunstancia del hecho. La especie asegura que alguien le arrojó tinta que se utiliza para las almohadillas de sellos y le ensució la ropa. En el intento de limpiar su vestimenta, un empleado usó al alcohol. Habría estado en plena tarea cuando uno de sus compañeros, en plan de hacerlo asustar y sin medir las consecuencias, hizo saltar una chispa con un encendedor. (C)